Como era obvio, se acerca de Halloween y en Listeilor dedicaremos minutos frente a la máquina de escribir para hablar sobre… Halloween. En esta ocasión, queremos que usted evite ciertas conductas inapropiadas para esta fiesta tan chilena como el sushi.

1. Advertirnos que Halloween es una fiesta pagana y anticristiana

Que un amigo (o un proseletista cualquiera) nos advierta que Halloween es una fiesta que aviva la violencia, la muerte y la magia negra resulta tan sorprendente como saber que los colores del Viejo Pascuero son los de la Coca Cola.

Uno aprovecha la versión neoliberal de Halloween donde uno hace las mismas cosas que en un carrete cualquiera pero disfrazado de algo súper lindi. ¿El resto? Maní. ¿Y si usted no es cristiano? Más maní todavía.

Pasarse el rollo que todavía esta fiesta enfatiza la violencia y la muerte no tiene ningún brillo: en internet circulan historias como aquella gringa que habla sobre una profesora de cuarto grado que pide a sus alumnos realizar un ensayo sobre lo que más les gustaría hacer en Halloween. Supuestamente el 80% de los niños “expresaron su deseo de ‘matar a alguien’. ¿En serio?

Además, ¿cómo cresta uno aviva la violencia, la muerte, el antipaganismo y todas esas cosas malas para el alma disfrazado de… Mario, Luigi, Blancanieves, Doraemón, vaquera o Lara Croft?

2. Llegar sin disfraz a una fiesta de… Halloween

Insistimos: si no quieren participar de Halloween por algún principio personal, entonces está en su derecho de no participar. Nadie le puso una pistola al pecho, así que resultará una estupidez del porte de un transatlántico expresar su disgusto con esta fecha asistiendo a una fiesta de Halloween sin disfraz sólo por querer nadar contra la corriente (pero aprovechando el copete presente).

Ahora, si llegan sin disfraz y no por un tema de principios, entonces están puro webeando: ¡tuvieron todo un año para buscar un disfraz, pajeros!

3. Usar el mismo disfraz durante tres años consecutivos.

¿Te disfrazaste de Beatrix Kiddo, la protagonista de Kill Bill, en Halloween del 2009? De seguro mataste vestida con ese traje ajustado a tus curvas, tu katana y tu belleza caucásica.

¿Te disfrazaste de Beatrix Kiddo, la protagonista de Kill Bill, en Halloween del 2010? Ah, ¡cómo no recordarlo! La mayoría de tus amigos ya lo conocía, pero igual sacaste aplausos y los paracaidistas que llegaron tarde a la fiesta quedaron perplejos.

¿Te disfrazarás de Beatrix Kiddo, la protagonista de Kill Bill, para la fiesta de Halloween de este año? Ah, no: ¡para la weá!

4. Armar el disfraz media hora antes de llegar a la fiesta

Pedir que te ayuden con el disfraz no es problema. Con tiempo, paciencia y buscando referentes debería salir un disfraz al menos digno, pero si llama desesperado a un(a) amigo(a) media hora antes de llegar a la fiesta, entonces el stress bajará de golpe y será una horrible búsqueda por disfraces rápidos y creativos, pero al final terminarán llegando disfrazados de raperos (por algún(a) hermano(a)), de milicos (si tienen algún familiar de allá), algún esperpento que tendrán que explicar a cada persona o simplemente sin disfraz y excusándose ante todos por su estupidez.

5. Pertenecer a una tribu urbana y llegar vestido así a la fiesta de Halloween

La gracia de las fiestas de Halloween es disfrazarse (o agarrarse a minas en la disco o emborracharse hasta apagar tele: prioridades), así que si usted pertenece a alguna ‘tribu urbana’, no vale ir a la fiesta como va habitualmente al Eurocentro.

Amigos, eso es trampa: como escupirse saliva en la palma de la mano para jugar a las láminas. Por ejemplo, acá en Listeilor somos ‘strippers’ para parar la olla y no por eso  asistimos así a las fiestas de Halloween mostrando nuestros cuerpos tonificados.

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6. Salir a la calle disfrazado la noche anterior.

Aweonao no más.

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Y recuerde que el balbuceo electrónico sigue en @aquiestaene