En verano, vive en todo su esplendor una institución intrísecamente playera, más que el carrito de churros o los locales de flippers y máquinas con Tetris y Pac-man: la feria artesanal.
Aborrecida por hombres y amada por mujeres, reúne todos los cachivaches seudo-artesanales que siempre quisiste y podís comprar pero nunca usarás y vayai donde vayai, encontrarás siempre una en tu camino como los pacos, las farmacias y los tontos graves.
Fotografía de portada original de Marcelo Sola
1. Calendarios temáticos y fotos familiares flaites: cianuro para los diseñadores gráficos
Las fotografías fotochopeadas que te llevái como recuerdo son un fenómeno relativamente reciente (¿5 años ?) y están presentes principalmente en el Litoral Central, donde unos tipos te toman una foto junto a tu familia o tu polola(o) o solo (difícil, sería muy triste) y luego te presentan la gama de elegantes diseños disponibles para armarte la foto plastificada que te entregarán: portadas falsas de diarios con titulares cómicos y predecibles (“familia millonaria es fotografiada en la playa XXX”, por ejemplo) o un fotochopeo que te hace creer que te sacaste la foto con Daddy Yankee, Américo, la camada de cabros famosos de la industria Disney o algún reggaetonero megalómano-egocéntrico que esté de moda. En cambio, si la foto es de algún recién nacido, entonces la onda está en agregarle un marco colorido con las series animadas que estén pegando fuerte.
Dependiendo de la destreza de los dueños del local, podrán llevarse de recuerdo un fotochopeo con la malograda herramienta Word Art de Word o en el mejor de los casos, un fotochopeo de calidad (en algunos, de verdad pareciera que te sacaste la foto con Don Omar, pero pierde credibilidad que el boricua esté webeando en la playa contigo) pero con un vómito de tipografías y colores distintas como si aquello asegurara calidad.
Si el diseño gráfico le importa un carajo, entonces le importará un rábano si escriben su nombre en Comic Sans o el texto rojo en fondo verde.
2. Mazo de cartas: desde el familiar Carioca al ‘striptease’playero.
Uno siempre se prepara con todo para ir a la playa. Incluso, los más aplicados, hacemos un listado y vamos enumerando las cosas que debemos llevar, pero siempre siempre siempre se nos olvidan las cartas. O nos confiamos que otro las llevará y al momento de reunirte con los compañeros de aventura, alguien dirá “¿y las cartas?”. ¿No las traíai tú?. No, weón. Pensé que tú las traeríai. Y al final deciden comprarlas en la feria artesanal más cercana.
Punto a favor de la feria.
3. Creatividad anónima: Odas a tus familiares y posters para empapelar la pieza (si tenís 10 años todavía)
Chile es un país de poetas. Usted y yo ya lo sabemos: Neruda, Parra, Mistral, Huidobro, De Rokha… y los poetas anónimos playeros. No sabemos muy bien quién cresta inventará tanto poema barato y frases cómicas que luego imprimirán hasta el cansancio en un papel que asemeja ser un papiro o con los bordes quemados para simular antigüedad.
No sólo podemos encontrar conmovedores poemas a la madre, la abuela, el padre, el (la) hermano(a), sino también -y de los mismo creadores de los libros de sopa de letras y puzzles- afiches de Bart o Lisa Simpson con un rayado como graffiti que reza “mi pieza, mi desorden”; Homero Simpson en posters alentando al equipo de sus amores, vestido con la camiseta del Colo o de la U o el equipo que quiera; delantales y poleras con los ya clásicos “No pesco weones”, “Si quieres sexo, sonríe” o “Instructor de sexo: primera clase gratis” y los collages de los artistas del momento o difuntos del 2011 como Amy Winehouse y Felipe Camiroaga (no, no hay de Steve Jobs).
4. ‘Souvenires’: artesanías genéricas
Muchas veces encontrarás el mismo souvenir en una feria artesanal si estái en San Antonio o en Puerto Montt, La Serena o en El Quisco: animales armados a base de conchas como pingüinos, generalmente; una base de concha de almeja, los brazos de conchas de choritos y cuerpo de conchas de machas. En caligrafía le escriben el nombre de la ciudad que visitaste.
Si vai al sur, encontrarás ovejitas con un papelito que les amarran en el cogote. Astutamente el papel dice “Recuerdo del sur de Chile”, luego el dibujo de una oveja y al final, el nombre de la ciudad que corresponda, “Puerto Montt”. Tengo una de esas ovejitas a un costado de donde escribo junto a la figura de una pareja de tangueros bailando con los ojos cerrados. Ésa es de Mendoza (o de cualquier ciudad de Argentina, supongo)
5. “Busquillas”: Mujeres y la eterna procesión en busca de cosas que nunca usarán.
Peor que salir con el cuarteto de chicas de Ripley es ir a una feria artesanal, verdadero templo femenino veraniego. El webeódromo playero. Cuando una mujer les diga “¿vamos a la feria artesanal?”, ustedes digan “no, gracias” o inventen excusas de la calaña de “tú sabes que soy alérgico a los aritos atrapasueños” o “no puedo, estoy embarazado” y si por alguna razón, responden afirmativamente, entonces que Jesucristo los pille confesados. Llévense una revista, música y una sillita desplegable porque perderán al menos una hora de sus vidas en esta institución playera. Peor que en los bancos.
Lo peor de todo es que es muy probable que las mujeres salgan de la feria, después de 3 horas y 26 minutos, quejándose que “no había nada bonito”. ¡Tres horas, weón, tres horas!
6. En caso de emergencia: Juegos de salón por si funa el carrete, perro.
Gran Santiago, la versión chilena del Monopoly, es la cumbre de los juegos de salón que uno puede encontrar en una feria artesanal. Dependiendo del año en que lo hayan jugado, podrán comprar en el juego, la Compañía de Teléfonos CTC (ahora privatizada), la Compañía de Gas con las dos torres pintadas como damero en blanco y rojo en Estación Central, FF.CC. (ahora reducida a su más mínima expresión como empresa) o bien, el Mall Plaza Vespucio, el Parque Arauco o el Estadio Nacional.
Otros juegos que pueden encontrar son el típico tablero de damas, el siempre salvadro Solitario (el que en la caja aparece un tipo jugando de lentes oscuros y guitarra a un costado) o esa cajita diseñada para el Ludo con imanes de cuatro colores (azul, rojo, amarillo, verde) para que podái jugar en cualquier parte.
Pues, si el carrete zorrón funó, entonces una opción agradable es juntarse con los amigos de vacaciones a jugar Gran Santiago y ser el papito del neoliberalismo.
7. Caribean express: tatuajes de hena y trenzas jamaiquinas
Nuestras generalmente heladas aguas suman 6.435 kilómetros de costa, las playas más concurridas no tienen el tono turquesa que vemos en las fotos del Caribe ni tenemos un clima tropical o un estilo de vida relajado y vividor, así que la feria artesanal es lo más cercano que estaremos del Caribe: hamacas, pareos, tobilleras, aritos de macramé, las infaltables trenzas jamaiquinas y los tatuajes temporales de henna (lo más parecido a pintar paredes con una pistola industrial) con motivos tan trillados como la aserrada hoja de la marihuana, Bob Marley y el infaltable de las poleras, el Che Guevara.
8. Halcón de Chicureo: Ángel para un final (¡Futuro cliché!)
La publicación del libro chanta sobre Felipe Camiroaga es sólo la punta de lanza de un merchandising asociado a la imagen del difunto animador. Incluso en el Parque O’higgins para Fiestas Patrias había un local dedicado exclusivamente a vender la imagen del Halcón de Chicureo en fotografías, DVDs, afiches, calendarios y pinturas.
Pues bien, ahora es posible recorrer no sólo persas, ferias libres o kioscos sino también ferias artesanales con calendarios (Camiroaga de camisa, serio y sin afeitarse la barba), simples fotografías (Camiroaga de chupalla y su caballo) o un afiche con la letra de “Ángel para un final” (Camiroaga de terno mirando en 45º hacia abajo con una sonrisa afable y un fondo anaranjado como atardecer de verano).
Estaba tan presente en el living de tantos chilenos que murió canonizado por cada uno de ellos, un Romualdito televisivo y será en un par de veranos más un clásico como el cuadro del niño que llora, la fotografía de Charles Chaplin con el niño en ‘The Kid’ o Bob Marley riendo de buena gana en un fondo amarillo, rojo y verde.
Sobre el autor, @aquiestaene
Me acorde de los veranos en Las Cruces jugando carioca y el gran santiago (hace como 20 años)
La raja
Puta que es wena esa playa. No es flayte, es piola y barata.
la playa chica de las cruces, me encanta…
Faltaron las sorpresitas y los churros
Bueeena me acorde de mi infancia, como decían por arriba, eran notables las sorpresas jajaja
algo que nunca he comprado… mi nombre en un grano de arroz.
Faltaron los infaltables tatuajes de hena
los tatuajes están en el item 7… lo hizo falta fueron las frutillas confitadas o con chocolate que pocos compran porque se tiran con el precio!!!
Tiene razón Caro. Los tatuajes están en el ítem 7, Amparo.
¡3 horas WEON… 3 horas!
me imagino esa situación hasta con el tono de voz y el puño cerrado, tres horas weon…3 horas jajajaja puta que me da risa
csm no hay peor wea que acompañar a tu señora, polola, mina o amigo maraco a una feria o a un mall, lleno de traperia, pasan 10 veces por la misma parte y nunca encuentran la wea que quieren
Ups , verdá , es que pasé ese item rapido . D:
Las fotos familiares frente a la playa con motivos de portadas de diario, revista, islas paradisíacas xd
Ayer pase a la feria artesanal de aca y me cagué de la risa pq me acorde de esta lista..
En plena edad del pavo y con puras monedas de $10 juntadas todo el año en una feria tuve la imbécil idea de comprar muchas sorpresas gastándome casi $1000 en regalos inútiles qe no sirvieron… luego no pude jugar en los videos :c
La número 8 ya es una realidad… el otro día me encontré con esta tremenda obra de arte con todos los clichés presentes (los caballos, el halcon, la mirada en 45) hermosamente tallada en madera. Perfecta pal living, comedor. Su metro y medio de largo. Acá la imagen http://imageshack.us/photo/my-images/859/lafotorl.jpg/
Las SORPRESAS a $100 (también a $150) en las ferias artesanales, los cueritos de colores para ponerse de pulsera y los chalecos bolivianos que se pueden encontrar de arica a punta arenas!
Siempre odié los atrapasueño, nunca entendí como gente podía comprar esa mierda. No olvidar la variedad de formatos, no sólo decorativos: aros, collares, con plumas, gigantes, etc.
Como dijeron más arriba, el nombre en un grano de arroz falta y el que te dibuja como caricatura tb… recordé los veranos en la playa jugando Carioca, Escoba y Brisca hasta altas horas de la noche